La
negación del derecho a decidir sobre nuestro cuerpo no es más que una de tantas
ramificaciones con las que nos golpea el patriarcado. No sólo se nos niega como
ser sexuado, independiente y autónomo, sino que bajo este sistema también se niega
la posesión de nuestro propio cuerpo, siendo este objeto de opinión, vejación y
manipulación por parte del hombre.
Como
dueñas únicas e irreversibles de nuestro cuerpo y nuestra vida, objetamos
cualquier forma de opresión que tanto el patriarcado como la clase dominante
pretenden ejercer sobre nosotras. En el caso del aborto no es sólo una cuestión
retrógrada y machista la que nos encontramos: un derecho intrínseco e intocable
como debe ser el derecho a la maternidad elegida, se convierte en un derecho de
clase cuando nosotras, las obreras, quedamos excluidas de él. Está claro que
todas las mujeres abortan pero las opresoras, las ricas, las explotadoras que
se benefician del sistema capitalista podrán seguir haciéndolo financiándose
caros viajes e intervenciones, aunque el sistema aparentemente les niegue el
derecho a elegir no se lo está negando realmente. Ahora bien, nosotras, las
afectadas, nos encontramos ante una situación bien diferente.
Cuando
las mujeres, desde una visión de clase, luchamos por nuestros derechos, lo
hacemos convencidas de que bajo este sistema capitalista patriarcal es
imposible alcanzar nunca una igualdad real. Así que cuando se nos presentan
intentonas retrógradas y machistas como es el anteproyecto de ley del aborto,
que no sólo nos oprime, niega y cohíbe, sino que nos arrebata derechos ya
conquistados que a nuestras antecesoras tanto les costó hacer suyos, ante esta
ofensiva misógina, compañeras, no podemos ceder.
Este
anteproyecto y cualquier intento de poner la mano sobre nuestro cuerpo para
gobernarle, tiene la pretensión de volver a la visión nacional-católica y
machista que enmarca a la mujer en un ámbito familiar mono-parental y
doméstico, reconociendo la maternidad como su destino natural; negando así
otras formas de familia y convivencia. Hay que recordar que para el capitalismo
las trabajadoras debemos poner nuestra capacidad reproductiva al servicio del
capital para seguir engrasando lo único que quieren: mano de obra barata que la
sustente.
Como
mujeres y obreras reivindicamos la absoluta despenalización del aborto y su
regulación para acceder a éste de forma segura y gratuita, a través de la
sanidad pública, así como la generación de mecanismos que ayuden a la mujer en
su liberación sexual y eviten así embarazos no deseados, también reivindicamos
el fácil acceso a anticonceptivos seguros y eficaces, a la inclusión a la
educación sexual en el ámbito escolar y durante toda la vida.
Aunque
el anteproyecto se haya echado momentáneamente para atrás, sabemos que no es
mas que parte de una campaña electoral, y seguiremos peleando por nuestra
autodeterminación y nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra
vida sin dar un sólo paso atrás en la lucha contra el patriarcado.
Apoyamos
y difundimos iniciativas de apoyo mutuo internacional como es la Red Federica
Montseny que facilita el derecho al aborto libre y seguro en el extranjero
-> https://redmontseny.net/en/
Y
alentamos a seguir fortaleciendo el movimiento feminista y a acudir a todas las
convocatorias que sea posible como la del próximo domingo.
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ABORTO LIBRE Y GRATUITO!